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Los Juegos Olímpicos de invierno han ayudado a romper una lanza a favor de la tolerancia, gracias al gesto que este domingo hizo uno de los deportistas participantes en Pyeongchang.
El esquiador estadounidense Gus Kenworthy atravesó por fin la línea invisible dibujada en el mundo del deporte al darle un beso a su novio, recogido por una de las cámaras de televisión sin que el deportista lo supiera.
No se atrevió a hacerlo en los últimos juegos, cuando ganó la medalla de plata, porque era algo “que le asustaba mucho”, como cuenta en un mensaje escrito este lunes en Twitter. Además, el esquiador lamenta no haber crecido con imágenes así en televisión, con las que todo le habría resultado “más fácil”.
Didn’t realize this moment was being filmed yesterday but I’m so happy that it was. My childhood self would never have dreamed of seeing a gay kiss on TV at the Olympics but for the first time ever a kid watching at home CAN! Love is love is love. pic.twitter.com/8t0zHjgDg8
— Gus Kenworthy (@guskenworthy) 19 de febrero de 2018
El deportista no ha conseguido ninguna medalla esta vez, pero ha logrado mucho más al romper una barrera ante los ojos de millones de espectadores y de una persona muy especial: su madre, que estaba entre el público con una bandera arcoiris. “Me siento orgulloso de representar a la comunidad LGTBI”, ha confesado, ante el entusiasmo generado en las redes sociales. Su mensaje ha conseguido más de 93.000 Me gusta y más de 15.000 retuits.
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