El secuestro hace veinte años del joven concejal Miguel Ángel Blanco y su asesinato dos días después por parte de ETA provocó una enorme movilización en la sociedad española e hizo perder a la banda parte del apoyo social que tenía en el País Vasco.
Desde que en la tarde del 10 de julio de 1997 se supo que ETA había secuestrado al concejal del conservador PP, de 29 años, hasta que apareció su cuerpo 48 horas después, maniatado y con dos disparos en la cabeza, su familia y, y los españoles en general, vivieron una auténtica pesadilla, con un dramático final.
En esos dos días, cientos de policías y guardias civiles se movilizaron para localizar al secuestrado y cientos de miles de personas salieron a las calles de toda España para exigir su liberación. Los terroristas exigían el acercamiento de los presos etarras al País Vasco y daban al Gobierno dos días para cumplir su exigencia, antes de matar a Blanco.
EL ESPÍRITU DE ERMUA
En esas 48 horas se produjo una enorme movilización en toda España, y de manera muy destacada en el País Vasco, donde hasta entonces, su población se había mostrado remisa a expresar en público su rechazo a la banda terrorista.
Especial relevancia tuvieron las manifestaciones en su pueblo natal, Ermua, una pequeña localidad vasca, que dio nombre al llamado<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Esp%C3Slideshow-526394%
Aquí puedes ver el programa de La Sexta Columna: Miguel Ángel Blanco: esto pasaba con ETA
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